Las PYMEs en España crean el 66% del empleo y alcanzan el 99,88% del tejido empresarial. Además, el 47% del mercado laboral español trabaja en empresas de menos de veinte empleados frente al 37,5% de la Unión Europea. Tal y como muestra esta crisis, las pequeñas industrias y autónomos son los más vulnerables al actual entorno complejo e incierto.
Los datos del comercio internacional muestran que las PYMEs que pueden establecer relaciones comerciales de éxito fuera de sus fronteras, tienden a mantenerse y crecer a un ritmo mayor y crear más puestos de trabajo que el sector en su conjunto. Entonces, ¿por qué las tecnologías que promueven el negocio transfronterizo a menudo son hostiles para las pequeñas empresas?
Por ejemplo, la tecnología podría emplearse de manera más eficiente al utilizar los instrumentos de financiación en actividades de exportación. En algunos casos, los formularios varían de un producto a otro, de una autoridad aduanera a otra y de un proveedor de logística a otro y los sistemas no están interconectados electrónicamente.
Pero, ¿cómo se han solventado estas dificultades ante la rápida globalización del comercio? Las grandes empresas y bancos han encontrado formas de evitar el sistema, a través de acuerdos de cuenta abierta. Estas transacciones aprovechan los servicios de financiación de la cadena de suministro que ofrece la banca, utilizando instrumentos de subvención comercial como el factoring de exportación y la obligación de pago bancaria.
Los acuerdos de cuenta abierta están basados en la información pública que se tiene sobre las empresas y la entidad financiadora, que proporcionan suficiente confianza para avanzar el proceso. Las PYMES y las entidades que no son los grandes bancos no ofrecen ese tipo de comunicación y se les niega el acceso a esta solución.
Por eso, la financiación de la cadena de suministro está activa para un porcentaje muy pequeño de las empresas que realmente participan en el comercio internacional y en cadenas de distribución globales. Estos proveedores del “nivel 1” tienden a ser compañías de alto nivel, que operan muy cerca de las grandes industrias a las que se encuentran ancladas cientos de PYMEs en los siguientes niveles, hasta ahora prácticamente excluidas del proceso.
Sin estas empresas más pequeñas, los productos no se podrían fabricar ni vender, pero tienen que valerse por sí mismas, lidiando con el ajuste de los precios del mercado global junto al incremento de los estándares de calidad, y teniendo las pocas entidades financiadoras lejos de ellas.
Hay una gran falta de sincronización en los flujos financieros de la cadena de suministro. Por una parte, existen cuentas a pagar de elevado importe con un alto número de factura aprobadas por las grandes compañías, dispuestas para ser cobradas por las PYMES. Por otra parte, muchas de esas pequeñas empresas no se consideran solventes.
El SCF, una solución financiera para las PYMEs del siglo XXI
Los últimos avances en Blockchain e Internet de las cosas (LoT) permitirán que, cada vez más, los productos se verifiquen y rastreen en tiempo real, y todas las partes que intervienen en las operaciones comerciales y de financiación del comercio, tengan acceso instantáneo a esta información. También hay un gran avance tecnológico para realizar pagos electrónicos.
Respecto a las finanzas de la cadena de suministro, la tecnología para cambiarlo todo ya ha llegado también a las empresas. Las compañías fintech que ofrecen servicios puros de Supply Chain Finance o SCF que compiten en ese mercado junto a los grandes bancos.
Estas empresas fintech ofrecen soluciones digitales para que las PYMEs solventes, gestionen acuerdos de pronto pago de facturas con sus compañías proveedoras tanto pequeñas como medianas. Con el SCF se optimizan los flujos financieros en toda la cadena de suministro, hasta el último nivel. Con estas respuestas de SCF ganan todas. Las compañías compradoras obtienen rendimiento de sus facturas aprobadas para el pago y los proveedores adquieren la liquidez que necesitan.
Los servicios de SCF se ofrecen por las fintech en alianza con diferentes bancos. Éstos se incorporan a las plataformas de las soluciones SCF para financiar los pagos de las facturas anticipadas a los proveedores.
Las PYMEs han tenido un trato injusto en el comercio y la financiación de la cadena de suministro durante demasiado tiempo. Finalmente en el siglo XXI las fintech les abren las puertas del SCF, un derecho bien merecido.
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