El impacto de COVID-19 en las economías y negocios de los diferentes países interconectados ha sido significativo, colocando a las cadenas de suministro en todo el mundo bajo una presión sin precedentes e interrumpiendo de forma severa el comercio mundial. La Unión Europea, los gobiernos, las empresas y organismos privados como los bancos, han buscado formas de paliar los efectos negativos de la crisis. A nivel global, los bancos y otros prestamistas han puesto en valor sus ofertas de financiación comercial. En particular, las empresas fintech han hecho sus ofertas de innovación en la financiación de la cadena de suministro (SCF, por sus siglas en inglés).
Aunque los servicios SCF han podido resultar, hasta hace pocos años, de acceso complicado y reservado principalmente para las grandes empresas, la digitalización está haciendo que el SCF sea en estos momentos más transparente y eficiente. Por lo tanto, está disponible para los millones de PYMEs que actúan como la columna vertebral de la economía global.
Para ayudar a las empresas a sobrevivir COVID-19, los bancos y prestamistas deben adoptar estas innovaciones tecnológicas en SCF a largo plazo.
COVID-19: una crisis global para empresas y cadenas de suministro
La magnitud de la interrupción económica provocada por el COVID-19 es previsible que deje corta la crisis financiera mundial de 2008. Además, la creciente presión sobre las empresas en todo el mundo ha llevado a una tensión significativa en las cadenas de suministro.
La Organización Mundial del Comercio estima que el comercio mundial podría caer entre 13% y 32% en el transcurso de 2020, una previsión que supera la caída que tuvo del 12% durante la crisis bancaria en 2008-9.
A medida que los bloqueos fuerzan que las empresas interrumpan o cierren su actividad, las dificultades para adquirir productos tecnológicos en China y Corea del Sur para piezas de automóviles en fábricas de Europa han sido mayores, interrumpiendo a su vez estos negocios. En general, el sector industrial ha sido uno de los más afectados a nivel mundial: el 44% de los fabricantes han invocado de cláusulas de ‘fuerza mayor’ y muchos han cesado la producción por completo.
Ante este panorama los gobiernos, bancos centrales y autoridades fiscales han orquestado medidas de gran alcance para proteger las economías, pero el impacto de la crisis en las empresas a largo plazo es inevitable.
En realidad, obtener el apoyo inmediato prometido por muchas autoridades nacionales también ha sido problemático para las empresas. En el Reino Unido, por ejemplo, a las empresas en crecimiento no les ha resultado fácil acceder a la financiación del esquema de préstamos de interrupción de negocios durante COVID-19. En España, la liquidez total que se ofrece es insuficiente para las necesidades que existen, y en bastantes casos hay también dificultades de tipo burocrático para que las PYMEs accedan a los créditos avalados por el ICO. Asimismo, muchas PYMEs de los mercados emergentes, donde obtener financiación comercial ya resultaba difícil, carecen de la calificación crediticia requerida para acceder ahora a la financiación bancaria.
Los avances tecnológicos de las soluciones SCF, la gran solución de la crisis
La demanda de financiación de la cadena de suministro (SCF) ha aumentado en los últimos años a nivel global. Sin embargo, las ofertas tradicionales de SCF a menudo se han limitado a empresas más grandes, y las PYMEs suelen tener dificultades para acceder a estos servicios. De hecho, una encuesta realizada a las PYMEs del sector industrial de EEUU, descubrió que el 32% de estas empresas consideraba que obtener financiación para el comercio transfronterizo era ‘oneroso’, en comparación al 10% de las empresas más grandes.
Para agravar esto, SCF ha sido tradicionalmente un proceso bastante lento y engorroso. Los sistemas manuales han obligado a aportar mucha documentación en los procesos KYC (conozca a su cliente). Procesos que a menudo no son factibles para PYMEs que cuentan con poco tiempo y poca mano de obra. Además, estos sistemas ineficientes hacen que SCF sea una opción menos atractiva y menos rentable para los prestamistas.
No obstante, la innovación en la financiación de la cadena de suministro y la creciente digitalización están haciendo que este servicio sea más eficiente y transparente, con plataformas integradas que simplifican el intercambio de información y el KYC. En medio de los bloqueos de COVID-19, cuando transferir documentos físicos es más difícil, el papel de la tecnología se vuelve más importante. Para que los bancos lo hagan posible a largo plazo, una solución más eficiente y con menos recursos también hace que SCF sea más rentable.
El SCF es la solución para las entidades de crédito o los prestamistas que buscan brindar servicios de financiación de la cadena de suministro de manera más eficiente y rentable. Estas capacidades también las proporcionan muchas empresas que ofrecen plataformas SCF digitales. Ahora, es el momento de impulsar su integración en el sistema en lugar de dejar que las medidas actuales obstaculicen una economía mundial en crisis.
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