La última Encuesta de Préstamos del Banco Central Europeo ha evidenciado una disminución de la demanda de financiación. Las entidades financieras y las empresas mostraron mayor incertidumbre que en el tercer trimestre sobre la evolución de las crisis.
Este empeoramiento de las perspectivas de los agentes del mercado se debe tanto a la situación económica general y de sectores concretos, como a la solvencia de los receptores de los fondos. En una menor medida, esto también es debido al valor de las garantías solicitadas. La desmejora de las circunstancias hace que aumente el riesgo.
El descenso de la demanda de nueva financiación se debe principalmente a:
- Disminución de las inversiones en capital fijo
- Disminución de las necesidades de liquidez para financiar existencias y capital circulante, ya que muchas empresas han recuperado la facturación al retomar su actividad
- Minoritariamente, a la reducción de las necesidades de financiación para operaciones de fusiones, adquisiciones y reestructuración empresarial
Los resultados de la encuesta en la zona euro son similares a los recogidos en España. Sobre todo, considerando que las empresas españolas aumentaron en un 7,5% la solicitud de financiación, situándose un punto por encima de la media europea.
Protagonismo de los bancos para recuperar la economía
Las entidades financieras españolas han tenido un papel clave en la concesión de créditos a las empresas. Los bancos han podido acompañar a sus clientes, primando en su actividad la aprobación de los créditos avalados por el ICO e incluso, echando mano de su buena posición de solvencia. Este factor fue considerado como fundamental para recuperar la economía en aquel momento y ahora, preservar la estabilidad financiera. Las compañías buscaron garantizar la liquidez al comienzo de la crisis, aumentando su deuda con la banca.
Las medidas excepcionales de expansión monetaria adoptadas por el Banco Central Europeo (BCE) han sido claves para apoyar la estabilidad de los mercados y mejorar el acceso a la subvención mayorista. Pero, los bancos han sabido responder a esa mejora de las condiciones de financiación ofrecida por el BCE, con la concesión de créditos a la economía real, financiando a las empresas europeas con independencia de su tamaño.
Los bancos centrales necesitan certidumbre sobre el futuro para desarrollar su estrategia monetaria. De igual modo, sus decisiones son claves en el aumento de la certeza de cara a una situación posterior, pues influyen directamente en las expectativas de los agentes económicos.
La incertidumbre que trae la crisis sanitaria sin duda influye negativamente en las expectativas de las compañías. Esto neutraliza el esfuerzo del Banco Central Europeo en reducir la volatilidad de los mercados, algo muy necesario. Preservar la estabilidad de la banca también está en la lista de prioridades de las autoridades monetarias, en beneficio del sector y, en consecuencia, del conjunto del mercado y la sociedad. Es vital que los bancos mantengan su fortaleza, su rentabilidad y su solvencia para poder ofrecer fondos que ayuden a empresas y familias.
Los bancos se esfuerzan por mantener la financiación que necesitan las industrias para que la economía se recupere. Han podido renegociar los contratos y condiciones con sus empresas clientes gracias a la buena posición de capital y solvencia que han tenido que adquirir tras la crisis de 2008. Asimismo, gracias a la autorización del BCE, con motivo de la recesión, para que utilicen esa ventaja para que llegue la liquidez a la economía real.
Pero esta actuación supone para los bancos un vital esfuerzo. Son momentos en los que la incertidumbre no disminuye y los efectos de la crisis decrecen la rentabilidad de su negocio. Por ello, una vez que las compañías han entrado en una relativa nueva normalidad, están pidiéndoles una compensación por esa mayor flexibilidad. La banca está pidiendo el pago de comisiones por las modificaciones contractuales o el incremento de los tipos de interés de los préstamos. Sobre todo, se lo piden a las grandes empresas que ya no tienen esa necesidad de liquidez de los comienzos de la pandemia. Además, están incrementando las comisiones por los depósitos en cuenta.
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