El factoring de exportación consiste en la cesión a una entidad financiera de los derechos de cobro de las facturas emitidas por el exportador por las ventas a crédito (a corto plazo) en operaciones de comercio exterior, a cambio del anticipo de su importe -hasta un porcentaje acordado- al que se le descuentan las comisiones por los servicios contratados y los intereses aplicados por ese anticipo.
Financiar el capital circulante de ventas al exterior con factoring de exportación
Es una fórmula óptima de financiación del capital circulante en exportación, ya que permite a la empresa conseguir la liquidez que necesita en operaciones de venta internacional de forma casi inmediata, maximizando los flujos de efectivo, incluso cuando se acuerdan pagos parciales del dinero a anticipar. El balance de la empresa refleja una mayor liquidez por el cobro anticipado, y desaparecen de él las deudas asociadas a las facturas que se ceden.
Puede ser un medio de financiación alternativo a otras formas de endeudamiento que se reflejan en el balance, como por ejemplo los préstamos bancarios a largo plazo y préstamos puente a corto plazo que cubren las necesidades de efectivo antes de solicitar un nuevo préstamo a largo plazo.
Como mejora el balance el factoring de exportación
Por todo ello, las empresas exportadoras, sean grandes o PYMESs, mejoran los ratios (operativos y de tesorería) y les ayuda a mejorar la estructura de su balance al contratar un factoring de exportación.
Pues, como explicábamos en el post sobre las diferencias entre el factoring y el descuento comercial, el factoring no es solo un medio de financiación, sino un instrumento que ofrece además otros servicios: la investigación comercial de la solvencia de las empresas importadoras, la gestión de cobro de los créditos comerciales por las ventas en el exterior y la contabilidad de las cuentas extranjeras de ventas y cobros.
El factoring que tradicionalmente han ofrecido las entidades de crédito exige, por término general, que esa operación sea exclusiva de una sola entidad financiadora para un mismo cliente del exportador, y ésa debe ceder la totalidad de los derechos de cobro sobre ese cliente.
Igual que ocurre en operaciones nacionales, en las operaciones de comercio exterior se puede utilizar un factoring sin recurso o un factoring con recurso.
- En el caso de utilizar un factoring de exportación sin recurso, la empresa exportadora añade a los otros servicios que recibe de la entidad financiera, el servicio de cobertura del riesgo de insolvencia del deudor extranjero.
- En el caso de utilizar un factoring de exportación con recurso, la empresa exportadora es la que responde del riesgo de insolvencia del deudor extranjero. En este caso, el factoring de exportación se asemeja al seguro de crédito de exportación, aunque tiene costes más elevados debido a todos los servicios que puede incluir.
A qué empresas y cuándo interesa utilizar el factoring de exportación
Por ello, como también explicamos con anterioridad, el factoring ayuda especialmente a aquellas empresas exportadoras que venden en condiciones de cuenta abierta y que quieren cubrir el riesgo de pérdidas crediticias por insolvencia del importador o delegar en la entidad financiera el servicio de cobro a sus clientes extranjeros.
El factoring de exportación puede interesar a empresas exportadoras grandes y a las pequeñas y medianas que estén en fase de crecimiento pero no en los comienzos de su actividad exportadora. Es adecuado para exportaciones en firme y repetitivas dirigidas a compradores extranjeros que sean clientes habituales, ya que los bancos o empresas de factoring no suelen aceptar un cliente para un único acuerdo y condicionan este servicio a que la empresa exportadora tenga un cierto volumen de ventas anuales.
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